Me iventé un cuento de hadas, al mirar tus ojos,
Primera vez mi vida, por azares del destino,
Cruzó tu vida y la mía y nos puso en el camino,
Tomados de la mano empezamos travesía, arrastrando un pasado lleno de despojos.
Sintiéndome que la dicha no cabía en mi pecho,
Comencé por regalarte el brillo de mi mirada,
Que eran fiel reflejo de mi alma enamorada,
Y termine por entregarte, mi alma en nuestro lecho.
Y juntos a escondidas probamos las mieles del amor primero,
En una noche estrellada, bendecida desde el cielo,
Que dieron rienda suelta al amor que empezó su vuelo,
Que hoy aterriza, en sus frágiles dias postreros.
La cruel enseñanza de amar sin medidas,
Que nos muestra el peligro de un amor cegado,
Por la pasion de la juventud, como ojos vendados,
Son latentes y lacerantes, de amor nuestras heridas.
Nos enseña con dolor que el amor duele menos,
Cuando no se entrega todo en absoluto,
Que llega en un instante y se queda una vida o un minuto,
Y nos hiere el alma, cuando más estamos plenos.
Palabras de amor, son locuras emocionales,
Que se dicen en alegres tiempos de manera fortuita,
Y si se van los buenos tiempos, y los malos nos visitan,
Será nuestra prueba, nuestros calvarios pasionales.
Palabras que se dicen vagamente en la noche,
Letras llenas de emociones, que contagian la ternura,
De un iluso inconciente, enamorado con locura,
Memorias difusas de un ayer, pasionarias de derroche.
Confieso lleno de miedo, y alejado de mi cordura,
Escuchar el recuerdo de mi amada al oído,
De su voz dulce, un te amo dolido,
En mi lecho, a la hora postrera, antes de mi morada futura.
Seré tal vez un recuerdo , una fugaz estela perdida,
Convertido en hijo del polvo, que el viento lo transporte,
que en memorias de una tertulia, o de algún recuerdo indeleble,
Algunas palabras sinceras, de cariño le conforte,
Al ser que más me quiso, y al ser que más quise,
Ayude a aliviar el dolor de aquella herida....