Nazco en los pensamientos que no he parido
Los he visto nacer en las imágenes que me engendras
En el latido que traspasa la piel y la conmueve
En la dulzura de un deseo que se convierte en verso
Cuando tus labios húmedos acarician mis afectos
Muero en los pensamientos que no he parido
Los he visto morir en los pasos que te alejan
En el corazón que se rompe con el destierro de la soledad
Que desgarra mi poesía de palabras mudas
Cuando tu figura augusta es cubierta de sombras
Resucito en los pensamientos que estoy pariendo
En las noches que nacen decoradas de estrellas
Y la habitación que descubres con tus pies desnudos
Encendiendo la hoguera para quemar los olvidos
Para que mi voz te arrulle entre sedas desnudas
Y tus manos sean besos que recorren mi cuerpo
Y mi cuerpo sea cántaro que reciba tus anhelos