La cicatriz vive en su memoria,
porque su pensamiento atormenta;
y como un disparo, le revienta,
haciendo su palabra, mortuoria.
¡Y qué abundante es la vanagloria,
que a los egocéntricos sustenta!
La cicatriz vive en su memoria,
porque su pensamiento atormenta.
Así se va escribiendo la historia,
con la pluma, su «verdad», patenta,
porque serios vacíos enfrenta;
y, con la actitud más que notoria,
la cicatriz vive en su memoria.