Nuestro ser tiene miedo, tiembla
Intentamos convencernos de que el silencio no es ausencia
Que no hay suicidio en los sentidos, divagando en las sombras
Nos aferrarnos a nuestros labios, para propagar sonidos
Como fragmentos del alma que chocan contra las paredes
Y retornan a nuestros oídos como llanto en la umbría
Como baldosas polvorientas recibiendo nuestros pasos
Nuestro ser tiene miedo. Tirita en la tarde nublada
Busca el agua de la esperanza entre tonos de azul
Mirando a la distancia, contemplando vuelos de gaviotas
Para salir al mundo, rebelándose contra nosotros mismos
Transmutando las arrugas en recuerdos y memorias
Doblándose, agachándose para besar la tierra
Que recibirá nuestros pasos hasta alcanzar los sueños
Nuestro ser tiene miedo, se agita
Vibra, entre sábanas blancas
Anhela abrazando los libros
Escribiendo los versos que rechazan el olvido
Que destierran lo triste,
Las sombras grises de los olvidados
Las miradas perdidas sobre ventanas de amnesia
Nuestro ser tiene miedo, vive, existe