Descalzos en la indiferencia
de tacos de salida,
enfrentando el desafío,
escalamos las cumbres
de terrenos desafiantes,
algunos sombrios de cicatrices invernales,
otros bañando en el sol,
campos teñidos de amarillo,
la revencia de colza, una bendición
Nuestras punctuaciones
se escribían con la tinta de la pasión,
su brillo se desvanece en nuestro tapiz,
una vez tejido por dedos ágiles,
ahora de aparencia raída,
donde trama y urdimbre
casí no aguantan el peso del tiempo
Aunque el desgaste y polvo silencioso
hayan tragado el habla y endurecidos labios,
no significa la pérdida del amor,
porque todavía en los corazones
el pulso de la armonía se siente.
lo único necesario para amar
David Arthur ©®
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