José Luis Barrientos León

Negro

 

Negro cubierto de negro

Sin derramar una sola lágrima

Profanando la castidad del alma

Inflexible, ensangrentado

 

 

Negro de la noche, sin esperanza

Con sus campanas de luto, crucificando alegrías

Con sus manos de verdugo empuñando silencios

Azotando las velas

Ahogándose en el pozo de agonía

 

 

Negro de penas usurpando las memorias

Inquebrantable ante las tragedias

Apartado de lo humano

Despiadado maestro del olvido

 

Negro en silencio asesinando destellos

Alimentado horrores y gemidos de miedo

Implorando señores, abrazando las sombras

De pie en los portales, sin alas, sin tiempo

 

Negro de sal, de alquitrán vengativo

Cerrando las manos, ignorando al hermano

Que asesina el amor

Habitando en la piel

Lacerando entrañas