Negro cubierto de negro
Sin derramar una sola lágrima
Profanando la castidad del alma
Inflexible, ensangrentado
Negro de la noche, sin esperanza
Con sus campanas de luto, crucificando alegrías
Con sus manos de verdugo empuñando silencios
Azotando las velas
Ahogándose en el pozo de agonía
Negro de penas usurpando las memorias
Inquebrantable ante las tragedias
Apartado de lo humano
Despiadado maestro del olvido
Negro en silencio asesinando destellos
Alimentado horrores y gemidos de miedo
Implorando señores, abrazando las sombras
De pie en los portales, sin alas, sin tiempo
Negro de sal, de alquitrán vengativo
Cerrando las manos, ignorando al hermano
Que asesina el amor
Habitando en la piel
Lacerando entrañas