A veces te da la vida
con la puerta en las narices,
te deja fuera de juego
y espera que te resignes.
A veces, todos los astros
se eclipsan sobre tu cielo
Y la noche más profunda
te envuelve bajo su velo.
A veces estás tan solo
que ni el espejo te acoge,
que ni los perros te ladran,
ni los ecos te responden.
Pero es tan solo una prueba
para que tú la superes,
un reto contra ti mismo
para que al fin te despiertes
y veas que no estás solo
porque hay millones de gentes
que envidian lo que tú tienes
que admiran lo que tú eres
y aunque tú no te des cuenta
te necesitan, te quieren
te están tendiendo una mano,
quieren compartir tu suerte
tu bagaje, tu camino
y nadar contra corriente
cuando el rio los arrastra,
los aleja de sus fuentes
hacia el mar de la incerteza
del miedo el hambre y la muerte.
No te escondas en las sombras
levanta y alza la frente,
sal a la calle y pelea
porque eres mucho más fuerte
de lo que “ellos” quisieran,
de lo que “ellos” se creen,
no les entregues tu vida,
no les regales tus sueños
porque el futuro no espera
y estás agotando el tiempo.