Me gusta.
Así de simple.
Directo a la yaga de esta poesía.
Desde hace un tiempo mi voz gritaba en este silencio profundo que ahoga los espacios de mis versos. Así de sincero. Pero creo que debe usted comprender también que el amor no es como lo dibuja uno en sus pensamientos: a veces es salvaje cuando no controla las riendas de su vida; a veces es de trato fácil solo cuando uno lo intenta graficar en un par de versos.
Por eso le digo que me gusta.
Porque quizá solo de esta forma pueda controlar mi cobardía cuando me pierdo en la profundidad de sus ojos, ahí donde nacen todos mis males, pero es donde también adquiero esa capacidad de ser ese poeta que usted se merece, ese que sueña que con escribir sus rimas con los labios hasta llegar al orgasmo que usted siempre soñó tener.
Por eso le digo que me gusta
Y creo que no hay más. Creo que así no logro avisorar el fin de este verso, pues se hunde en ese vacío de sus ojos conmigo, ahí donde sueña con ser ese “Big Bang\" para crear un nuevo universo entre los rincones de su piel. Quizá sólo ahí sea donde yo me vea renacer en su ser, y, venciendo la cobardía de mis rimas, por fin con ellas le grite en el sonido de mis besos lo que es enloquecer de amor por usted.