Raúl Carreras

Un estúpido \"te quiero\"

Había un estúpido ‘te quiero’
en el borde de mis labios,
una lágrima ridícula deslizando
por el pálido periplo del argento
congelado del semblante.

Un tormento delirante
aferrándose colérico
a la víscera afligida del cerebro,
para siempre consternado
por tu rictus arrogante.

Un inmenso firmamento
separando los adioses de tus manos
de la herida que supura la sangrante
pesadumbre que se aloja entre mis huesos.

Un recuerdo de tus besos,
del contorno de tu cuerpo,
de las noches que pasamos
repitiendo sin cesar esos ‘te quiero’.

Estaba el futuro que soñamos
empañando la ventana de aquel bus,
y velándose al trasluz
la esperanza por sentir
la caricia de tus dedos.

Y mis miedos, muchos miedos,
a cansarme de vivir,
a la angustia por sufrir
por tus aires indignantes,
por tus verbos embusteros.

Y camino de Madrid,
una culpa instalada entre el ceño de tus ojos,
en mi alma, un dolor con mil despojos,
un mensaje traicionero,
un amante
pendenciero,
y ese estúpido…, ‘te quiero’.