Ben-.

Sin vocaciĆ³n para ello-.

Bueno es querer

que las horas no se detengan,

que pasen rápido, que sean

livianas, nada toscas.

Pero, pretender, ahora

a los cuarenta y tantos,

hijos, esposa, y rabo

de escoba, ¿no se antoja

un tanto precipitado o pueril?
Pues si bien el amor no tiene

edad, sí la tienen la artrosis o la reuma.

Que no está el espíritu

para soportar solo su congoja.

Me dedicaré a hacer ganchillo

con las sobras de mis memorias-.

 

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