Laideliz Herrera Laza

Ofrenda

 

Con las venas abiertas
le dedico una canción 
a los gatos que ronronean
colgados de los techos 
para probar su equilibrio.

Los cubro con lapislázuli
y me hinco de rodillas ante ellos,
les recuerdo que fueron dioses 
en el antiguo Egipto.

Levanto mis brazos al cielo,
se han quedado quietos, 
dispuestos a fingir que me creen.

Con las venas abiertas
hablo incoherencias, 
murmuro palabras 
y me desplomo ante sus patas.

No me socorrerán.
Para fortalecer su equilibrio en los tejados
lamerán mi sangre cuando ya no me mueva.

A los gatos siempre les ha gustado
representar a los dioses.
No les importa el lugar.