Pienso, medito, comprendo y concluyo:
«¡Cómo la vida viajando ligera
va deshojando su fiel primavera
por el camino que es mío, que es tuyo...!»
Por el camino que voy y construyo
sueños que siempre la vida viajera,
es la centella fugaz, pasajera,
y hoy en mis versos sensibles incluyo.
Vida viajera no quiero que marches
quiero tenerte con aire y respiro
¡Sigue brillando cual joya o zafiro!
Cuando mi cuerpo de frío lo escarches
quiero marcharme sin nada deberte
quiero que probo me encuentre la muerte.
Nadie querrá perderte...
nadie querrá una final despedida,
pero se cumple una ley de la vida.