La sombra entristecida de la tarde
va ocupando espacios en la sierra
se recogen a dormir las aves
por la vereda avanzan las estrellas.
Canta la clara voz de la cascada
que despeña sus aguas sobre el río
la luna va arrastrando sus enaguas
recogiendo las gotas de rocío.
Pasea el viento que marca media noche
mesen las palmas sus oscuros penachos
luciérnagas recorren la arboleda
con lucecitas verdes como faros.
Hay un profundo olor a tierra húmeda,
a hojas secas, agridulce aroma de los frutos
que duermen placenteros sobre el suelo
antigua arboleda proveedora de todos los que habitan en su predio.
Pasa la madrugada tan de prisa, la luna va a dormir tras las montañas
y da inicio el concierto de los gallos, anunciando que va asomando el alba.
Se enciende el quinqué en el bohío, comienza a prepararse la jornada
Y el aroma a café va recorriendo a lo largo de toda la sabana
campesino amante de la tierra, manos forjadas en la dura labranza
el espíritu indomable de la sierra ha echado sus raíces en tu alma.