Ben-.

Lienzos nocturnos-.

Del lienzo, protuberancias

y deslices, crecen ingentes.

De la mano del pintor, anónimo

en su anonimato, un millar

de almas aumentan su tamaño.

Son varias las veces que procuran

ofrecerle calor y vino, quizá

en un clásico albergue; el pintor

suele dormir al raso, cielo celeste

le ocupa más que su cuerpo.

Elige los cartones con gusto,

por ser un elemento corrosivo,

según afirman los lumbreras de la

poli.

Otros, no siendo lo que él es,

desayunan bajo cristaleras enormes.

Bajo techo, duermen cubiertos entre

edredones.

Del cuadro, príncipes y reinas

de la noche, confunden sus miradas,

clavándose en lo oscuro, sus lenguas

inabarcables.

Más tarde, el día comparece, disolviendo

la belleza nocturna; mas él, sufre

y encierra sus pinceles. ©