El sol ha cerrado la puerta
para dormir hasta el albor,
la luna enciende las velas,
que en su espejo dan resplandor.
No es la realidad la que cambia,
son los colores que la disfrazan,
uno, la viste para el día,
y el otro, en la noche la abraza.
El día es el gallo que canta,
la multitud que se desplaza,
la ducha que te despereza,
el primer café que te arranca.
Día es lo pendiente de ayer,
la rutina que nos persigue,
es la esperanza del mañana,
la peonza que no se rinde.
La noche es el alma que sueña,
muestrario de bellas estrellas,
es el cielo que nos encanta,
una dulce cena romántica.
Noche es día finiquitado,
es fiesta en lugares diversos,
es un descanso prolongado
que alimenta dormidos cuerpos.
José Antonio Artés