Sonrisa divina con bello mirar
trazaba a lo lejos una línea en el mar
de emociones encontradas, y sin palabras
que a ella pudiera en mis versos alabarla,
Describirla, decirle tantas cosas bonitas
tocarla y en el tacto resguardarla
en mis memorias más febriles
con las pretensiones más gentiles
que no son más que para amarla,
Suave murmullo en elegante andar
cierra los ojos pues quiere soñar
que no hay necesidad de mentiras
los engaños hacen daño y lastiman
y su corazón está por encima de eso
¡Cuánto admiro a la señorita!
Tiene una paz que pareciese infinita
miro su cabello, su rostro, sus labios,
sé que su espera no requiere milagros
porque sólo es cuestión de esperar:
el amor llega cuando debe llegar...