Llego hasta la orilla del mar y las olas azules con su furia me empapan todo el cuerpo, desde las rodillas hasta los pelos, los ojos y la nariz.
Y al sentir su sabor salado entre mis labios, pienso cuan diferente es del agua del rio, siempre tranquila y corriendo por su cause , sin que nadie la detenga en su camino hasta la tarde, como si llevara dentro ese deseo de verte que siempre ronda cerca de mi.
Por eso a veces prefiero la calma del agua del rio, a las olas del mar en su ir y venir , por que el cauce del rio como si te abrazara , y te regala la paz de sentirme mia , al hacerme saber donde empiezan tus caricias y cuando llegan a su fin como un agua que te ocupa los sentidos, y con su transparencia te hace vivir.