Ya de vuelta en el buen puerto
tras un mes de dura hazaña
a comerme la montaña
que no soy poeta muerto
ni manco marino tuerto
y de las profundidades
vuelvo a casa en navidades
Diciembre en felicidad
con paz y tranquilidad
sin las fiestas por mitades.
En mi regreso al hogar
explota a llorar el alma
en una profunda calma
que aquí me quiero quedar
con deseo de olvidar
mi vida de navegante
por una gratificante
y en sufragar esta ausencia
ofrecida en la impotencia
vida de amor comandante.
El Sol retorna a mi espacio
son ganas en sintonía
con mis olas de armonía
en caricia del silencio
y un sosiego por agencio
que con ternura suprema
escribiendo este poema
en tiempos de plenitud
lágrimas de gratitud
mi familia por emblema.
Aitor Duarte Fernández