De Amescoa se esta alejando;
es su madre y no le apura.
Lo hace triste, sollozando
por dejar tanta hermosura
y cuando estalla en el llanto
riega los chopos de Intzura.
Ahora no está para cantos;
se aproxima la angostura.
Tuvo penas, horas muertas
y también sus estrecheces.
Valdeallín le abre sus puertas
porque el joven lo merece.
Por Valdeallín se pasea
satisfecho de su suerte.
La orilla le piropea:
-¡Eres mozo, guapo y fuerte!
Lokitz se ha fijado en él,
Larraintza también le observa
y se enamoran al ver
como acaricia la hierba..
Ya las peñas de San Fausto
a Belástegui se arriman
y lo quieren encerrar
pero el mozo no se achica.
Rodando va a dibujar
la madurez de su vida
y en Bellín puede encontrar
mayor amplitud de miras.
-Yo aportaré mi frescura,
mi color, mi juventud.
-Yo, mi nombre, mi finura,
mi experiencia y mi virtud.
No dejan de conversar
el Ega y el Urederra
porque acaban de forjar
una amistad verdadera.
¡Lo tienen que celebrar!
¡Juntos bajarán a Estella!
Juntos bajarán a Estella
a gastar de su caudal,
aunque el Ega ya se queja
de que lo quieren mermar.
Cada año llueve menos
y el sol les calienta más.
Juntos bajarán a Estella.
porque aun pueden bajar.
Al Urederra expresé
cariño y admiración.
Con un susurro noté
que entraba en conversación.
Algo así yo le escuché
porque en su idioma me habló:
-Que me adoren no es mi fe,
ni ser causa de pasión;
respeto quiero tener
y si me miman, mejor.
Lo mismo que hagáis conmigo
haced con todos los ríos.
Que miméis tambien os pido
a quien me dio la belleza,
que tambien es vuestra madre:
¡La Madre Naturaleza!