Moriré un día,
no sé si lejano...
sin tregua las estrellas
vestirán su luto,
mas apenas un instante...
antes de exhalar mi último suspiro,
la breve eternidad del silencio
separará lánguidamente
mi tenue palpitar...
de la herida inasida
de todo lo creado.
(Y aún así...
surgirá entre la bruma
una nueva gota de rocío,
en cada rosa...
en cada labio,
desprendida muy dulcemente
de toda la belleza
que se agolpa,
apenas un segundo...
en el tímido desprendimiento
de todo su recuerdo).