Lejanía que incitas a
la codicia, hacen de
nuestros días, el vivir de
esas fantasías,
tal vez, enloquecidas
al hablar de sus rimas,
sumisas a esas caricias
desconocidas, pero
seamos como las
golondrinas, que esparciendo
sus semillas, germinan
tierras desconocidas.
Idóneos a ese tiempo que
se desvanece con halagos,
y no hablo de ese lago,
lo cual mojaron tus labios,
solo hablo del sabio, que
con sus trucos de manos
tus espasmos descontrolados
no conocen de horarios,
pero si de versos lunáticos
o versos robados.
H.C.