Iniciamos en la vida
tomando conciencia de nuestro mundo
- con sus idas y venidas -.
Interno y externo; allá en lo profundo.
Es simultáneo; no hay segregación ...
Estamos disfrutando su seducción.
Pasamos, luego, a la posesion;
y sentimos la emocion.
Todo esto es humano.
No hay pecado en nuestra mano.
Ser niños. Existir.
Pero aún nos falta descubrir
la verdadera razón de vivir.
Llega, entonces, la imaginación
de la realización y la satisfacción
de la soberana juventud;
por su fuerza y su independencia.
Donde quedó la virtud?
Nos ha alcanzado la impaciencia.
Algunos lograrán la gratificación.
A otros, los encontrará la decepcion.
Llegan los años maduros
y ya no nos alegra ser \"los duros\".
Empezamos a llenarnos de preguntas.
Por que? Cuando? Como?
Ya no nos cuadran las cuentas.
Cometimos algun error?
Terminará esto en horror;
y no habrá para nosotros
más que dolor?
Necesitamos sentir la tentación
de atravesar la línea señalada \"error\".
Volver al niño con su devocion;
para entrar a la otra dimensión.
Y, redescubrir el Amor!
Y ... de la Vida:
su verdadero sabor y valor.
Corazones y mentes llenos de rencor
han establecido límites
que nos llenan de temor.
Que peor error
que aceptar vivir con dolor
por no poder vencer el temor
de caer en error?
Por que no desafiar a la mente
que nos hace sufrir constantemente,
obligándonos a vivir por esfuerzo
- el cual define nuestro olor -;
y, luego, nos avergüenza
por nuestro sudor?
Nos hace falta entrar a esa dimensión:
La de la seduccion,
la gratificación y la autogratificacion.
Si he de esperar a que otros me recompensen,
cuando encontraré el verdadero amor?
Si he de vivir sin recompensa,
cuando descansaré de esta vida tensa?
Como caer en error
cuando allí se vive;
como comprender el terror,
si es la fuente misma
la que lo impide?
Si fuese verdad,
del deleite no me alejaría;
ni me privaria con piratería ,
de la auténtica alegría;
ni con tanta liviandad,
de la dimensión de la Eternidad.
No hay orgullo; no hay egoísmo;
ni vanidad ni conformismo.
Maravilloso y bello fluir:
de una vida que no intenta huir,
sino conmigo compartir
el don de vivir.
No sólo es una dimensión;
es una comisión.
La razón de existir
es aprender a vivir
en esa otra dimension:
la de no morir.
Nota: Lamento no poder colocar las tildes faltantes debido a correctores automáticos. Deseo que disfruten a pesar de ello! Gracias por su comprensión