Me crucifico al pie de tu hermosura,
para entregarte cuenta de mis penas,
abre, si quieres, mis curtidas venas,
y ausculta en mí, despojos de locura,
escruta estos harapos, mis desechos,
estas pústulas sangrantes de martirios,
y estos mis ojos que acunaron lirios,
por donde sangra flagelado el pecho.
soy ese sueño, tempestuoso, ardiente,
que irradió primavera en tus pesares,
soy hojarasca llevada por el viento,
cuando mi vida naufragó en tu frente,
velero errante en tormentosos mares
¡Soplo de estrella sobre el firmamento!