Las ideas regresan a nuestra mente, como los salmones al río... Con la única misión de reproducirse. (Alejandro Díaz)
Esto ocurrió en una gran sabana cubierta de hermosa vegetación.
Después de un torrencial aguacero salió el arco iris espléndido y gigantesco, dejando su majestuosidad dibujada en el cielo.
El arco iris estaba decidido aquella tarde a repartir sus colores a todos los animales del lugar.
A cada uno le fue dando el color que le solicitaba, unos le pedían un color, otros le pedían dos colores, otros hasta tres colores; y el arco iris a todos los complacía, algunos incluso le pedían colores que él no tenía, pero aplicando sus grandes conocimientos de policromía lograba combinarlos hasta lograr el color deseado por el solicitante.
Todos los animales asistieron al festín colorido, excepto la cebra, que se había quedado dormida después de la lluvia y por tal razón no fue a exigir su color.
Con el color que su cuerpo adorna
todos los animales hacen festejo,
sólo la cebra, por dormilona,
Se quedó vestida en blanco y negro.
Desde ese día las cebras deambulan por la sabana con sus rayas blanquinegras, por haber desperdiciado la única oportunidad que les dio el arco iris para vestirse de colores.
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