Solo un idiota sin más

ENTRE EL FRIO Y EL CALOR

Entre el frío y el calor: la oscura noche y el pensar.
Las ansias de pensarte son embravecidas olas que azotan mi alma.
Releo versos de poetas malditos:
de taciturnos de solitarios de incomprendidos; temiendo ser uno de ellos, y anhelando serlo.
Pero los versos que anárquicos desfilan a través de mis ojos.
Exquisito manjar que solo se comparan con mis apetencias por cuidarte y amarte: pero temo romperte...
Temo que me rompas que me odies y temo aun más que me olvides.
 
 
 
Mis pensamientos; balas de plata que inmolan los albedrios de este lobo estepario que aullando va,
cada sílaba de tu nombre bajo la luna llena.
Mis cavilaciones muchas veces narcisistas e infantiles, caprichosas y burlonas. 
De día te deseo: desnuda gimiendo entre mis manos.
De noche te ansió: como una luminotecnia que alumbra la penumbra de mis miedos y complejos.
 
 
 
Amo y odio pensar que un día al voltear no estarás ahí.
Ni en mis pensamientos ni en mis olvidos. 
O quizás aún escondidas entre los aludes de mis años.
Tu suave faz y tus gestos rompiendo los velos del tiempo:
ejerciendo la exquisita inercia de regresarme hacía tus brazos.
A tus ideas locas y disolutas; a las sábanas de tu cama, a la desnudez de tu cuerpo,
a la exquisitez de tus senos que giran las manecillas de estos juegos del hambre:
éxtasis que no sacia más la fantasía...  
 
 
 
Pero por hoy: en esta jodida noche.
Entre el frío y el calor es mejor despedirse y no pensar,
y si he de pensarte que sea para no desearte. 
Y si aún así; el no desearte no es una opción espero que en tu mente
habite la pasión de desearme, pues para ser justo es necesario la reciprocidad.
Dónde las almas lanzan un brindis infinito 
la continuidad de esta historia asoma su final.