Ben-.

Recuerdos de primavera-.

Recordando, te vino a la memoria,

la imagen de ti mismo, bajo la lluvia,

caminando cabizbajo y buscando algo,

siempre buscando algo. Ni en esa ciudad,

de tributos excesivos, ni en aquella otra,

ridícula por concepto, hallaste reposo

para tu alma; fue el orgullo quizás,

el resplandor efímero que gustó de tocarte

en soledad, cuando solo estabas realmente.

Como gárgola pegada al suelo, iniciaste

tu andadura por el mundo, un mundo tan viejo

y erosionado, cuyo sentido a ti se te escapaba.

Quisiste ver, ya andado cierto trecho, lo que

quisiste ver: modernidad, donde sólo había

desprecio, el tallo fresco de las flores recién

cortadas para ti. Tocar aquellas rosas, era

estar junto a lo amado. No ya el libro, abierto

casi siempre por la misma página, te supuso

gran entretenimiento, no te servía de nada

su lucidez. Pero cómo te hicieron crecer,

las luces acuosas, los límites diarios, las prisas

cotidianas, los cuerpos esbeltos mas no tanto,

los estúpidos informes que rellenabas.

 

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