Ella me ofrece la noche para teñir los sueños
Con su amor que es quietud y fuego
Latido en las venas que proclaman el eco
De un corazón que incendia la sangre
Propagando su aliento
Me sentaré a tu lado hasta quedar somnoliento
Acariciando tu alma, arropando tus senos
Sacudiendo el polvo que nos dejó los esfuerzos
Al forjar el camino, transitando el sendero
Ella es nostalgia en el tiempo, recostada a mi pecho
Cantando aleluyas cuando vence sus miedos
Rebosante de aromas cuando acerco mis dedos
A la piel que la cubre como manto de espejos
Me acostaré a tu lado hasta sucumbir de deseo
Cuando mi palma inocente redescubra tu vientre
De mujer, de quimera, de calma y entrega
Donde nazco y engendro
Ella es calma y sosiego de mis noches en vela
Paciencia de madre tierra fecundando la era
Fidelidad del latido que me ofrenda la vida
Vos y sendero que descubre mi alma
Para abandonar el exilio que me impuso la nostalgia
Me rendiré a su sonrisa que sacude mi esencia
Hasta sumergirme profundo en su ser y su vientre
Arropando mi espíritu con su aliento y aroma
Hasta entregar en silencio mi humanidad
Mi ser y mis horas