Le puse mil nombres
Le puse mil nombres
La llamé de mil maneras
Inventaba sinónimos
Disfrazaba sus letras
Pero un día ya no pude más
Y no encontré palabras para reemplazarla
Y la soledad apareció sin disimulo
Así de golpe, sin máscara
Sin pedir permiso
Y me miró de frente, desgarradamente
Invadiendo mi vida sin tener derecho
Soledad amiga, soledad de siempre
Pura y simple soledad
A la que unas veces amo
A la que otras veces odio
Que lo trastorna todo
Que me cambia, me agita, me desvela
Desgarrando, destruyendo
Haciendo que recuerde
Y peguntándome a diario
Si así era la vida que soñaba
Si así era el destino que quería
Le puse mil nombres
La ignoré de mil maneras
Le hablaba al silencio
A la taza de café de las mañanas
Abrazaba a la lluvia, oía su canto
No quería preguntas
No tenía respuestas
La música llenaba esos silencios
La música calmaba soledades
No quería saber, no quería llorar
Aprendí a convivir con ella
A soportar sus interrogantes
A mirarla de reojo, a sentirla a cada paso
No es casualidad que esté a mi lado
Ni que esté en mi vida persistentemente
A veces es el tiempo
A veces es la vida
Y otras sencillamente
Temor, cobardía y espanto
A encontrar amor…
Y ya no saber amar
Ana María Indacochea Garreta
Seudónimo: Socorro Andrea