Estoy sacudiendo el polvo del camino
haciendo de piedras este cuerpo que hoy sustenta
lo que queda de mi alma.
Estoy en un naufragio,
decidida a volar por el horizonte, descalsa y cansada
de correr con los pies y las manos agrietadas.
Siento nostalgia de la niña que fui y de lo que me queda por vivir.
Broto del silencio como la margarita,
que se retuerce desde la sombra al mar.
Soy el peor de los miedos
y el insensato vaivén de las piedras.
Crezco desde las espinas,
sobre una ola de ceniza... pero crezco.
Dialicex