Haz Ámbar

En un vacío surco

En un vacío surco

un mar estúpido me ha dejado colgado

a solas, paso firme yendo sonriendo

y viniendo triste, con las rocas 

huérfano de un Sol que se aleja, joven y saltarín, 

bebiendo el vino de la vida misma de un cáliz 

que algún buen amigo en sueños le ha brindado

que ha encendido su pecho

y que sólo él pudo hallar

y que sólo él posee

escupiéndolo al hablar

He tomado por viejas a las nubes

por viejos rencores sus sopas y sudores

llenos de paciencia, cada día 

en el umbral, a la misma hora

esperando

donde es debido moderarse antes de entrar

empujando la perezosa puerta, como es debido, 

sin hacer ruido, 

y si es preciso morder hasta la propia carne

que es la suya

con los propios dientes

que también son suyos

por no dejarse llevar cuando la ventana a la Luna madura se suma

y ambas se ponen a cantar

y a bailar 

y quien quiera puede acompañarlas. 

Pero hoy

seno tras

seno escurriéndome

por debajo de las mantas, 

es cierto, he perdido el control, 

me he colado

Un ejército de fantasmas

en mitad de esta misma noche

se detuvo

habían perdido su ancla

y me llevó de la mano

dejando desplegado a nuestras espaldas

en un día extraño y melancólico

el color de las pieles que abandono

como encogido en un paño huraño que húmedo se muere

a gotas, en el vacío surco

donde un mar estúpido me ha colgado

Ven, viento, ven pronto 

y llévatelas de mi vista para nunca volver.