Ben-.

La alegría de mi alma-.

Otros que se ocupen de rentabilizar

las exequias propias de la vida, que

maldigan en su nombre, que se busquen

dioses, de piedra, de madera, de barro,

para administrar concienzudamente las rentas.

Que expropien casas, que rindan pleitesía;

que formulen sistemas, que se emocionen

cuando cruzan el umbral de la alcancía.

Tú vive, hijo, libre y salvaje, como te dé

la gana, sin hacer daño, mas perseverantemente.

Los demás, que ocupen sus sueños en tareas

inútiles, en vérselas con sus jefes, en marear

la perdiz, conversando de la lluvia o de la nieve.

Tú la probarás con tus labios, de los ricos meandros

fluviales; de las rocas agrestes, aprenderás

a darte un baño entre aguas termales, y de los

árboles, a ser más fuerte que un seguro de dinamita.

Otros que sean párrocos, sacerdotes, alguaciles,

plañideras de la tristeza polvorienta y desapacible.

Que tú, con tus armas y herramientas, a destajo,

certificarás la alegría de mi alma-.

 

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