Voló el pajarillo aquel,
al gran prado encantado,
buscando a una princesa,
a quien entregarle su amor…
¡ Cantando !
Aquella, a quienes las flores,
impregnaron con su fragancia,
y las mariposas multicolores,
rodearon en la dulce estancia.
Y la brisa cadenciosa,
susurrando entre las hojas,
arrullando a la más bella,
de entre todas las bellas.
Y esperaban su turno,
la luna y las estrellas,
para adornar con sus brillos,
la mirada de aquella princesa.
Yo soy ese pajarillo,
dispuesto a volar,
hasta lo más alto,
con la ilusión,
de que mi canto,
Te llegue a enamorar.
© Saulo García Cabrera