El hueco de tu cuerpo
en mi cama quedó
y la soledad a mi lado
con su manto gélido
una mano le tendió
a mi corazón famélico
y mis labios besó.
Sordo me he vuelto
por no oír tu voz;
es quizá este silencio
el más cruel torturador.
Mudo sin tus labios
y sin tus ojos, ciegos
los míos ahora son.
Solo me encuentro
de la raíz del corazón,
perdido; mutilado,
me siento enfermo
y falto de razón;
te busco en mis recuerdos
y solo estoy yo.
Felicio Flores