Los cálidos pétalos de la flor,
sostiene en su delicada piel sonrosada
el sueño del gorrión.
Los pétalos de la flor se avivan
con el rocío de las gotas de la lluvia, serena.
El gorrión ha visto en su delicadeza,
la fructífera esperanza.
La noche cálida envuelve a la flor blanca,
la flor de la paz de un mañana posible.
El mañana, es la fe de un sendero de ventura.
La flor tiene la certeza,
el gorrión contará la bienaventuranza
de los sueños realizables,
la bienaventuranza del amor de la fraternidad.
La noche se asienta en los pétalos
y le ofrece un canto,
la de los niños que se aventuran a creer
en sí mismos como lo hizo la flor al nacer.
Por: D\'Valencia Tobón