José Luis Barrientos León

Una caricia

 

En el delicado crepúsculo acaricie tu rostro

Mirando el cielo oscurecer, me convertí en noche

Para cubrir tu cuerpo y deletrear tu nombre

Como caricia de ola en la playa ingenua

Como estrella resplandeciente en la mar inmensa

 

Con mis manos cansadas recorrí tu piel

Hasta deshojar las flores de tu vientre crédulo

Te convertí en día, en mañana clara de azul celeste

En intensa hoguera y manantial diáfano

 

En el sublime sueño te transforme en arroyo

Navegue en tu cuerpo hasta alcanzar el lago

Reposando mi pupila en tu seda nítida

Hasta convertirme en ángel y entregar mi vida

 

Con mi boca tímida pronuncie la historia

De un amor que nace como día susurrante

Con un viento fresco y un olor a entrega

Para besar tu espalda y sucumbir en ella