A pesar de estar, hoy, vivo,
en el fondo estoy muriendo,
como siempre padeciendo
por amor, vivir cautivo;
y es que, de ti, no recibo
sino desdén que no entiendo,
de tu altivez, no comprendo,
su indiferencia percibo;
y, sin embargo, te quiero
como un loco, enajenado,
de ese tan bello lucero,
soy amante enamorado
y candoroso, yo espero,
que retornes a mi lado...