No dejan de gotear lágrimas de tu recuerdo,
por la ventana se escapan,
me desvisten de memoria
y cuando llega la noche, tengo amnesia.
Olvido tu boca, y el insensible frío de tu partida.
Tu voz se pierde en las estrellas desgastando las cortinas.
Mis ojos se vuelven sordos, mis labios sellados hablan.
Feroz grito doy al cielo ...¡Vuelve!.. Pero nadie escucha.
Huyen con la neblina mis gotas,
y en secreto ruegan quedarse.
Me embriaga tu recuerdo ausente,
y en cada suspiro te nombro.
Quisiera tener armadura
que cubra el dolor que siento,
para que en cada lamento,
con viva voz grite al viento ...¡Vuelve!
e impasible estatua pueda ser al verte.