Cuando sientes el mundo
un dilema, te preguntas
porque aún existe
mil penas.
Si el dolor es pasajero
el amor es lisonjero,
y no entiendes porque
un corazón sufre;
si hay tantas maneras
de conquistar y ganar
una ilusión.
Pero caes en cuenta
que nada es duradero;
sólo esperas retornar
en mil recuerdos
que una noche
descubría al son
de tus tiempos.
Aún así vivirías
en un frenesí,
que pides a gritos
un dilema de ti...