Se la ve solitaria en ese prado
esa roja amapola es exclusiva
y su corola, siempre tan altiva,
pendía de ese tallo reclinado.
El tallo se pregunta desconfiado,
“-quién en este alejado lar cultiva
el único ejemplar de una flor viva
de mísero final desventurado-\".
“-A quién le gusta?, quién la ve plantada?-”
se inclina conmovida en su sonrojo
de manera además muy delicada.
Le dije al admirar su tinte rojo,
“La vida es celestial y muy sagrada
y al admirarla al cabo yo la cojo\".
Claudio Batisti