ALVARO J. MARQUEZ

AL TIEMPO

No quiero mirar mi reloj de nuevo
aunque no hace nada que lo vi,
no deseo saber el tiempo que llevo
añorando como un loco tu esencia,
perdido en el vacío de tu ausencia
sin saber nada de ti.

Me niego a ver en los espejos
Que hay en los rincones de mi casa
Que no estás, que te fuiste lejos
Y me finjo feliz, pero no hay quien me crea
Ni hay persona que me vea
Que no sepa lo que me pasa.

Quisiera pasar la hoja
Y ser fuerte como pocos,
Ser el hombre que arroja
A la basura tus recuerdos
Como si fuera cosa de cuerdos
Aunque sea asunto de locos.

Y trato en vano de engañarme
Y me digo que no te he perdido,
Que volverás a buscarme,
Analizo tus acciones
Y me digo que entre tus opciones
No figura el olvido.

El tiempo es tirano, me hace daño,
Me conoce más de lo que parece.
Sabe lo mucho que te extraño,
Tanto, que de algún modo,
Como ya lo sabe todo
No necesita que confiese.

Porque se me nota en mi mirar,
En la manera de escribir…
En lo que me cuesta pensar,
En cómo me disgusta perder,
Cuando ya no sé qué hacer
Ni encuentro qué decir.

Tiempo que no para, traicionero,
Delator de mi gran debilidad,
Que pasa cuando vivo, cuando muero,
Tiempo que para algunos es oro,
Tirano que no le importa si lloro
O si río en mi soledad.

El mismo tiempo que me vio nacer,
Que después me vio madurar,
Ése que me verá envejecer
Buscándote entre la gente,
Recordando cómo se fue mi presente
Para nunca más regresar.

Me niego a mirar mi reloj
Porque es castigo en exceso,
¿Para qué? –me pregunto yo,
Si sé que ya no hay chances,
Porque él no sabe de avances
Ni entiende de retrocesos.

No puedo cambiar la historia
Y ya me cuesta sentirme vivo,
Porque sé que saldrás de mi memoria
Sólo muerto y soy sincero,
Cuando no entienda por qué te quiero
Ni sepa por qué te escribo.