Matias 01

Entre tú y yo no hay nada

Aun me queda el dolor. ¡Soledad!

 

Ya no hay luz, ya no hay fuego,

pero hay ceniza dura, duradera.

 

Un pulpo muerto con sus metáforas

abandonadas;

Una aurea voz, hermosa y cristalina

revoloteando en el silencio;

Y una luz azul, desnuda

que viene de tan lejos con su perfume

derramado de tiempo que fue…

Es lo que queda. ¡Soledad!

 

Entre tú y yo no hay nada.

¡Soledad!