Raiza N. Jiménez E.

En la Espera.-

Muy callada está esta noche, y yo esperándote.

En este silencio oscuro y frío se contrae mi ser.

Esperando estuve y allí, te vi correr ocultándote.

Este mundo es tan chico que, te iba ver aparecer.

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De nada vale que de mí te ocultes, mil ojos te ven.

Revive el viejo dicho: pueblo chico infierno grande.

Hasta el huraño silencio de la noche, me dice amén.

Ni el frío, ni el profundo dolor, me impiden que ande.

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Escucho cerca los ecos de tu corazón y el mío se agita.

Son fantasías de los amantes, arguyen, los sin corazón.

Ruego al Señor que, verte y hablarte hoy, me permita.

Quiero saber qué te pasa, necesito me des, una razón.

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Dicen los viejos que, ausencia es olvido, espero que no.

Trata mi razón de volverse ciega, pero es grave insulto.

Una voz gritó: “No se es, lo que no es”, ello, me asustó.

Una mente minuciosa puede descubrir hasta lo oculto.

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Tú puedes caminar en las tinieblas, pero no tu corazón.

Él conoce los arcanos secretos de tu manera de amar.

Esconder y ocultar, siempre lo intentarás con tu razón,

pero, el amor es imprudente y se tiene que expresar.

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¡Todo amante debe saber que el amor no se esconde,

ante el sentir de un amante, el otro seguro responde!