INAUDITA PLACIDEZ
Como puedo hablar de alegrías
Cuando hasta la música me resulta osada
Hay acaso armonía en un ritmo que hiere el alma
Las lágrimas se esconden en los confines del dolor
Y resurgen en las resignaciones de un escondido rencor
Del cual desconozco su nacimiento
Tan solo sé, que me corroe las entrañas
Desde un momento, del cual no quiero acordarme
Porque sigue horadando, lo más sagrado del sentimiento
Y sigue profanando, el más sutil de los afectos
Me he visto despojado, de los abrazos y él te quiero
He perdido en la geografía del mundo
A mis hijos, sobrinos, hermanos y hasta mis nietos
Hoy están errando por un mundo, de destinos inciertos
Caminando, con débiles pasos, por el universo
Labrándose un futuro, no necesariamente cierto
Sin embargo, los arrullo con arrobamientos
Orando por ellos a cada momento
Pidiéndole con fervor, al padre eterno
Su infinita protección, cualquiera sea su suelo
Solicito la piedad y bondad del gran creador
La bendición, para todos los viajeros por el mundo
Que alcancen, cristalizar sus sueños
Porque en su país no pudieron, los expulso el dolor
Bendito sean los caminos que hoy emprenden
Y bendecidos sean sus nobles senderos
Que llenos de glorias estén
Perdóname Dios, si mi dolor no realza tu grandeza
Pero es incontenible, mi amarga tristeza
Y mi alma está inundada de separaciones
Por eso te pido, como el hijo prodigo
Que oigas, con bondad mis profundas oraciones
Y de ser posible, regreses a nuestros regados seres
Hoy vapuleados por un mundo de sin sabores.