Laideliz Herrera Laza

La noche

 

El mago del sombrero azul 
se inclina ante mí 
para recoger los hilos 
que caen de mi frente.
Usa su sombrero 
para echarlos dentro. 
Triste se retira. 
Coloca sus deseos, 
angustia y frustración 
junto a mis hilos, 
dentro del sombrero. 
El mago del sombrero azul
no sabe perder. 
No ha descubierto 
que los conejos hacen magia.
No le interesa el tiempo 
que se acaba,
como a otros magos, 
a otros conejos. 
El mago del sombrero azul 
regresa con pasos lentos, 
me invita a bailar, 
pero ha caído la noche.