Solo un idiota sin más
LO VI VENIR
Lo ví venir; cerca, muy cerca, pero lejos para ellos:
el apocalipsis,
el omega.
Sesenta y seis oportunidades
multiplicaron la debacle.
El escenario nunca fue tan hermoso:
el zafiro del firmamento
era indiferente a nosotros.
El azul de su inmensidad:
revistiendose de abstinencia y soledad.
Flotaba la mente primigenia
en el cosmo.
En lo profundo del infierno.
En lo alto de las galaxias.
Entre las líneas del pensamiento crítico
y las sensaciones extrovertidas del sentido común.
En el insondable hades:
eterno talego de las almas.
Me perdía en la depresión romántica de Poe
varado en la visceral poesía de Rimbaud.