Muerte que rueda:
de noche y de día
de pies a cabeza
repleta de flores,
mi ánima enferma
clama tu nombre.
Nada me queda
de esta agonía
que me condena
y mi voz rompe
y mi piel hiela
dejándome inmóvil.
Mis venas secas:
raíces podridas
amargas y huecas,
faltas de amores
ya casi muertas
claman su nombre.
Muerte que acecha
a la efímera vida
con faz esquelética
y traje de seda,
llévame a ella
do sea repose.
Felicio Flores