Tu pupila tan bella. Caricia doliente
Que con ella me visto con blanco dolor,
Sumergida de esencia por tiempo reciente.
Se parece al deleite, deseo y fervor.
Es mi vida que llama. Marea esplendente.
Es remanso de besos, escaso valor.
Estaré costeando la arena en presente:
De sirena mi orilla, copón sin rubor.
Anhelando tus besos, si pienso tu piel.
Cuando encuentre tus manos seré tan dichosa...
Pero es sueño, mi amado, de noche estrellada.
Dormiré con un manto rociado con miel
que, si guardo mi pecho, será por ansiosa
porque cierro los ojos y estoy apenada. -