\"No hay más culpable que mi necesidad de adorarle, es ésa necesidad la que la llevó tan alto, tan alto que ya es imposible darle alcance, subió más allá de las estrellas, más arriba de cualquier perspectiva humana.
Ella es diosa que no se fija en quien le reza, es luz de la mañana, belleza incomprensible, es una piedra preciosa, corazón duro e impenetrable, completa y absolutamente inalcanzable.
Dueña de mis silencios y de mi tristeza, prisionera de mi mente.
Eres consecuencia de mi tonta manera de mirarte, causa y efecto.
Soy plenamente consciente de que fuí yo y mis bien fundados temores los que te llevaron al trono de ser mi diosa inalcanzable, la divinidad que habita en mis más profundos sueños y en mis más prohibidos deseos.\"
Eternas lunas.