Salió la luna
en medio de las nubes
y vino a verte.
Era de noche.
Los búhos la miraron
muy sorprendidos.
En tu casita
hacías los deberes
para el colegio.
También pensabas
con elfos y enanitos
de viejos cuentos.
Grandes historias
oídas al abuelo
años atrás.
Te emocionaste,
llorando y recordando
aquellos ratos.
Noches y nanas
surgidos de unos labios
ya marchitados.
Ellos sembraron
el néctar de la vida
y de los sueños.
Y es que esa infancia
pervive en tu recuerdo
y no la olvidas.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/10/21