Sobre ese alféizar de tu ventana,
esa estaquilla de olivo enraizada
evoca dulce a nuestra tierra amada,
en tanto del alma nostalgia emana.
¡Es magnetismo!, ¡la atracción que imana!
Es la tierra natal. Es el alma arraigada.
Si en ella habitamos no falta nada,
torna a vacío si no está cercana.
Tierra por nuestros abuelos bregada.
¡Dura, penosa labor cotidiana!,
con desvelo hecha y con pausa liviana,
el cuerpo marchito y la frente ajada.
¡Tierra de extensas lomas repeinadas!,
que el olivo atavía y engalana
hasta el confín de la vista lejana
con flores en racimo y hojas lanceoladas.
¡Prima!, la maceta de tu ventana,
esqueje de olivo tiene plantada
icono de nuestra tierra argentada.
Tierra como ninguna hay en lozana.